#ElPerúQueQueremos

El limeño caminar

Publicado: 2009-10-21

Después de algunas fuertes críticas e intentos de saboteo informático por eliminar mi anterior artículo sobre aquella conspiración gay existente en la televisión, prometo dejar el tema a un lado (por el momento), al menos por este medio, y no por sentirme amedrentado, sino más bien incomprendido, en fin, pasamos la página y haber que les parece el siguiente tema.

Fina estampa.

La violencia innegable de Lima genera eco en los noticiarios de las mañanas, como siempre las malas noticias, las de siempre: asaltos, asesinatos, violaciones y accidentes. Con las ganas que uno tiene para salir a trabajar y sobre todo con la mañanera mala vibra encima, nos alejamos del hogar con la perpetua sensación de inseguridad y temor, insano.

No sé si le ha pasado esto en algún momento o talvéz sea solo una equivocada persepción mía, pero he notado en los limeños un "gana gana"  inexplicable.

Le cueto que hoy subiendo al bus, que por cierto pasan casi vacíos a esa hora de la mañana (06:00 am.) fui testigo y víctima de la violencia limeña, indignante y jocoso a la vez.

Un anciano siempre tendrá la preferencia para todos, pero uno que es joven aún no puede mostrarse aplastante contra ellos. Resulta que el bus que esperaba se detiene; en el paradero solo habiamos tres personas: un anciano, un muchachón de apróximadamente 37 años y yo; nos acercamos a la puerta, el anciano aparentemente llegará primero, pero, repentinamente es desplazado por la impaciencia del muchachón en mención; al anciano solo le queda mover la cabeza y yo detrás de él y tratando de que otro no lo desplace nuevamente trato de protegerlo como una pared humana alzando mi mano hacia el pasamano del buss cuando de pronto soy empujado agresivamente por el anciano antes de que mis dedoos alcancen la gélida varanda del bus, pués que "michi" nos pasa.

Realmente no hecho la culpa al señor viejito, sino a ese individuo ha quien le acabo de calcular unos 37 años de imbecil humanidad que como él hay muchísimos en Lima.

Para muestra un botón. Solo camine un rato por el Jr. de La Unión y se dará cuenta de lo que le hablo. Caminando por esta vía siempre se le cruzarán personas que aparentan malhumor, prepontencia y aires de superioridad al andar, andar.

Mi padre siempre me decía: "... sede el pasó hijo o quiebra el cuerpo andando para que puedas caminar con tranquilidad", pero resulta que aún haciendo caso a los experimentados consejos de mi señor padre hay quienes quieren mostrarte que le llegas, ya sabes donde.

Caminan delante, detrás o al encuentro, siempre intentado de que te hagas a un lado o pisándote los talones si es que no caminas a su ritmo.

Los hay, desde los más ejecutivos con sus aires de triunfo hasta las figuras más patanezcas del umpe limeño, esto incluye a las propias mujeres.

Aquí algunos clasificados:

Los Compactos: muestran al andar que son algún tipo de fusión anura con ser humano. Suelen ser en su mayoría provincianos o hijos de provincianos (como el 80% de nuevos limeños). Estos personajes caminan y caminan de frente y trantan de ocupar el 80% de la vereda con la mente divagada y solo paran para ver si los han bolsiqueado o para preguntar en donde queda tal lugar. Por lo general tienen problemás psicomotrices y de cierta autoestima.

Los Prepotentes: Este tipo de andariego urbano es por lo general gente jóven (entre los 20 y los 30 años de edad). Son los de esa cultura cumbiambera -que no sé cuando fenezca-  y que se encuentran molestos cons sus jefes y con su propia vida por no tener lo que siempre han deseado. Suelen mostrar solidez al andar, con complejo de automata "huchimanezca". Nunca piden permiso o disculpas.

Los Petulantes y Triunfadores: Son los que caminan como diciendo "fuera mierda...fuera" . Estos individuos suelen ser elegantes y andan, en su mayoría rodeado de alguén similar a ellos- se sienten como cual Estadista sudamericano o los reyes de la Bolsa limeña. Al igual que los dos anteriores no saben pedir permiso ni mucho menos disculpas, por el contrario se molestan cuando te los topas.

Los distraídos: Suelen ser pacificos, pero distraídos intencionales ya que guardan cierto resentimiento con la población limeña que les ha pizado el zapato, empujado o los han hecho a un lado. Por lo general siempre han sido víctimas de los tres anteriores, lo que les ha obligado  ha desarrollar un tipo de autodefensa ante tanta tiranía urbana. Suelen hacerse los que no se dan cuenta de nada, que siempre están con el telefóno en la oreja o riéndose con los amigos y/o amigas. Pero se dan a notar porque antes de hacer sus fechoría se muestran mirando de reojo al que será victimado. Andan en grupos y nunca solos. Si les dices permiso para pasar, obviamente te lo dan. Solo cuando están muy molestos o han sido despedidos de sus trabajos andan solos y se transforman o ubican en la clasificación Prepotente.

Quisiera ahondar más en el tema, pero el hecho de no contar -por el momento- con internet en mi casa hace de que no pueda ser más preciso  con mis apreciaciones, así como las faltas de ortografía que deben ocurrir durante este transcrito que sé que  usted entenderá. Lo que pasa es que estoy aprovechándome de la nobleza de mis jefes en ocupar por un momento de mi horario de trabajo  este espacio poara llevarles mis apreciaciones de nuestra vida del día a día.

Bueno, hasta otra oportunidad.


Escrito por

Marlon Rodríguez

Periodista y consultor en estrategias de comunicación y "opinólogo metiche" en lo que dice conocer.


Publicado en

malremedio

Sin panaceas, ni moralejas