No soy de los que hacen del espíritu de cuerpo una doctrina, mas solo con mi familia y ante una injusticia que en lo inevitable haría aflorar de mí el lado más humano. El caso de Milagros Leiva divide un tanto las expresiones y sentimientos de algunos colegas que hablan de mordaza y entre otras ocurrencias propias de la coyuntura. Lo cierto es que el nivel alcanzado por la periodista de "Sin peros en la lengua" no refleja el buen comportamiento de una líder de opinión más allá de la profesión que nos une, porque a pesar de lo que digan sus detractores, ella ha logrado posicionarse en la opinión del país (personalmente no es de mi devoción) y eso la convierte en el centro de atención y expectativa. 

Ha reconocido haber efectuado el pago de 30 mil dólares por la entrevista en exclusiva o pruebas de Martín Belaúnde Lossio, más allá de una mal proceder ético y moral, aunque para el periodista Alberto Ortiz Pajuelo (Beto Ortiz) quien ha dicho que es un normal proceder en los medios de prensa recurrir a este tipo de negociaciones bajo la mesa lo hace peor aún, cada uno tiene niveles de conducta, lo cierto es que deja al descubierto la calidad moral de algunos "ufanados" en el buen periodismo y los abanderados de la libertad de expresión sigue siendo los mismos a quienes critican. Lo que ha hecho Leiva podría calificarla hasta de corrupta. ¿Por qué?

Primero, lo más visible, la negociación y transacción económica con un perseguido por la justicia y segundo haberle generado recursos para que este siguiera escapando de ella.

Milagros Leiva, tal vez se siga escudando en la supuesta persecución política, que por cierto también tiene de tinte y tinta, pero ella también podría ser cómplice del ex asesor. 

América Televisión y Canal N han deslindado por completo haber hecho el desembolso de los 30 mil dólares, han tomado su distancia del tema y deja entre ver el motivo de la separación de la periodista. Por otro lado, se hace un tanto cuestionable de que la mujer de prensa asumiera tal gasto, aunque no dudo de su poder adquisitivo, debe entenderse que hasta el momento se toma como insólito el impulso que llevó a Leiva ha pagar por una entrevista, pues entre el circulo de colegas no queda claro el rédito que le otorgaría opinión pública poniendo en riesgo su propia economía. ¿Fue de ella el dinero? o tal vez la aparición de un mecenas afianzó la decisión de Leiva de ir en busca de Martín Belaúnde.  

¿Puede llegar a tanto la necesidad de comprar verdades y camuflarla en aras de la divulgación pública? pues para mi si la hay y puede llamarse Milagros Leiva y otros que dicen que es "normalito nomas", pero que ahora tendrán más cuidado con seguir prostituyendo de esta manera nuestra noble profesión. Lo siento Leiva, lo tenía que decir de esto modo. Seguramente habrán quienes argumenten de que estamos haciendo leña del árbol caído, pero recuerda que fuiste más juez que periodista en muchas oportunidades y ahora la vida te pasa la factura. Humildad, conciencia y profesionalismo o como diría: Prefiero ser misio y dormir tranquilo a ser rico y comprar sueño.